Cartas del Padre Reginaldo que revelan una verdadera Amistad

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20.07.2020. Comunicación P. Reginaldo Toro, Hnas. Dominicas de San José.

Las cartas del padre Reginaldo son un medio revelador de una gran amistad con el matrimonio Poulson, la Señora Doña Estaurófila Ladrón de Guevara de Poulson y Don Jorge Poulson. 

El matrimonio Poulson colaboró decididamente con la Obra del Padre Reginaldo Toro, especialmente con la donación del terreno donde se fundó el Colegio De San José, hoy gran parte de la manzana que lleva en Córdoba la presencia de las Hermanas Dominicas de San José.

El día de la colocación de la piedra fundamental del colegio De San José, el Padre Reginaldo Toro tendrá palabras de agradecimiento con sus amigos los Poulson, socializando una obra de caridad realizada y ofrecida en silencio:

“Benefactores particulares nos han favorecido largamente y no podemos pasar en silencio la valiosa y desinteresada donación que acaban de hacer los señores Don Jorge Poulson y su esposa la Señora Doña Estaurófila Ladrón de Guevara de Poulson, de la manzana de terreno que hoy comenzamos por colocar la piedra fundamental del Colegio – Dios bendecid a estos generosos cristianos y la gratitud de todas las Hermanas sea para siempre” (04.08.1889).

“Mi querido viejito”

Pero también, recién llegado al “Palacio”, a días de asumir como el Pastor de la Iglesia de Córdoba, tendrá muy presente a sus amigos; es sorprendente como a don Jorge Poulson lo llamará en todas sus cartas como “Mi querido viejito”, “Mi viejito tata” a quien le compartirá cómo se siente, cómo marchan las obras, y cuánto lo extraña.

En una carta que escribe a don Jorge el 4 de marzo de 1894 le dice: “Mi querido viejito: ya estoy en el Palacio desde donde le hice un telegrama, y en este momento me pongo a escribirle para saludarlo y avisarle que todo se hizo con la mayor regularidad y prudencia en Santa Rosa funcionando desde ya el Colegio con un número bastante crecido. Mucho contento en el pueblo y en todas las clases de la sociedad que se conoce en este pequeño pueblo…”

El Padre Reginaldo no sólo le comenta y le comparte a Don Poulson los avances y detalles de la Obra, además lo incluye de una manera delicada, generosa, le expresa que la gente lo extraña y que él desea verlo pronto, verdadero gesto de “Amistad”, que seguramente lo sostuvieron y acompañaron en la desafiante misión de Pastor y obispo comprometido y preocupado por su Pueblo.

“Todos preguntan de Ud., y veo que las gentes lo extrañan. Las Huérfanas lo saludan – Las Dominicas del mismo modo – El cura de Sta. Rosa, Sr. Bula muy agradecido por la trompetita acústica que le trae, pues me dijo que debía encargarle, cuando supo que estaba en Buenos Aires.

Mucho deseo verlo, pero me conformo con la esperanza que Dios dispone así y que se vale de estos tropiezos para tenerle que ofrecer un sacrificio que sin duda será el más grande.”(Las 6 am del 5 de Marzo de 1894).

Cuidado y cercanía

Este matrimonio, tanto la Sra. Estaurófila como Don Jorge, fueron compañeros de misión de este pastor amigable del sufrimiento y las necesidades de la gente.

En un telegrama que el Padre Reginaldo le envía desde Bell Ville (12.08.1893) seguramente en una Visita Pastoral, y enterándose de la muerte de la hermana Tránsito se comunica con su amigo Don Jorge Poulson y le escribe con cariño, ternura y tristeza:

“Mi querido viejito: hoy acabando la misa a las doce del mediodía, leí su telegrama que había muerto la pobre hermana Tránsito, y en verdad que sentí mucho…”

“Siento sobremanera no estar allí para esto, pero confío en que mi viejito hará lo que pueda, y en el momento de hacer el telegrama para Ud., hice para el Prior, diciendo que hiciera mis veces. Espero, mi viejito, que hará presente mis aflicciones a las hermanas a quienes bendecirá de mi parte y Ud. como siempre a su hijo que lo bendice. Su Reginaldo. Obispo de Córdoba.”

Firmas amigables

Al final de las cartas son notables las expresiones que usa el Padre Reginaldo al despedirse: “Su Reginaldo”, “Su hijo que lo bendice. Reginaldo”, “Hasta el sábado. Su F. Reginaldo que lo abraza y pide la bendición.” Saludos afectuosos donde expresa sentirse hijo del “viejito tata” Don Poulson”. 

Amistades que dejan huellas, de cuidados, afecto, gratitud, respeto, fraternidad. Seguramente, como les pasa a muchos pastores en el mundo entero, sostienen su Obra misionera, su vida afectiva y social, su fidelidad a Dios gracias a la presencia de buenas/os amigas/os.

Toda Amistad se vuelve inquebrantable cuando juntos hacemos el Bien

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