“Fue algo hermoso volver a verla nadar”

0
345

04.06.2020. Testimonio de Javier Iñiguez, padre de Samira. Alumna del Colegio De San José, Hnas. Dominicas de San José.

Javier Iñiguez relata un hecho doloroso que les tocó atravesar con su hija Samira en 2017. Una comunidad entera rezó por ella. La fe los sostuvo y hoy pueden contar esta historia con un final más que feliz, esperanzador. Al recibir en el Hospital una estampa con la Oración al P. Reginaldo por parte de las Hnas. Dominicas, se encomendaron a su intercesión para que salve a Samira. Hoy están agradecidos por la fe, la oración y el afecto que dieron fuerzas a su hija y su familia.  

“Todo pasó cuando Sami tenía 6 añitos, estaba en primer grado del Colegio De San José  de las Hermanas Dominicas, un lunes 11 de septiembre del año 2017 en el Club Universitario.

Eran las 19:50 aproximadamente cuando estábamos con Brenda (mamá de Samira) y yo Javier (papá) esperando que Sami saliera de su curso de natación. Cuando de repente no la vimos más, no salía del agua, así que salimos corriendo hacia la pileta para ver que estaba pasando, y nos encontramos con Sami estaba debajo del agua ahogada, desmayada y toda “morada” con la pierna trabada en un caño que le había succionado la pierna.

En ese momento de angustia, desesperación y susto nos arrojamos al agua para poder destrabarle la pierna y sacarla del agua. Se nos hacía imposible en ese momento poder sacarla, hasta que un empleado del club apagó la bomba y recién ahí logramos sacarla.

Reanimación

Una vez fuera del agua, la profe Celeste le empezó a realizar los primeros auxilios hasta que justo en ese momento, como si Dios lo hubiese mandado, apareció Gonzalo y comenzó a practicarle junto a la profesora la reanimación (RCP).

En ese momento no parábamos de rezar y pedirle a Dios y todos los Santos, por Sami, para que despierte y llevárnosla a casa. Fueron los minutos más largos de nuestras vidas, hasta que lograron reanimarla. Justo en ese momento llegó la ambulancia y la estabilizaron para poder trasladarla urgente al Hospital de Niños.

No perdimos la fe

Una vez que ya estaba en el Hospital los médicos nos dijeron que ellos habían hecho todo lo que estaba a su alcance, que no nos quedaba más que pedirle a Dios, rezar mucho. Estaba en coma inducido y había que esperar un “milagro” para que Sami despertara, y no le quedaran secuelas después de lo sucedido. Fue una noticia muy amarga pero nunca perdimos la fe.

Siempre supimos que Sami iba a salir de ese feo momento, así que llamamos a nuestros familiares y amigos para pedirles que recen por ella, para que le den fuerzas y la ayudaran a salir de esto.

Junto al P. Reginaldo

Al día siguiente llegó al Hospital la Hermana Raquel y la Madre Superiora del colegio, nos dejaron la imagen, estampa del Padre Reginaldo, se la pusimos en la mesita de luz que estaba junto a su cama y cada vez que entrabamos a verla le pedíamos al P. Reginaldo por ella.

Los días que estuvimos con Sami en el Hospital mucha gente se nos acercaba brindándonos su apoyo y fe. Gracias al apoyo de todas las personas que se preocuparon por Sami y rezaron ella pudo despertar y salir de ese mal momento.

Siempre vamos a estar eternamente agradecidos a todas esas personas del Colegio San José de las Hermanas Dominicas, a la profe Cele, a Gonzalo, familiares, amigos, al Club Universitario, a Dios y a todos los santos que protegieron a Samira.

Volvió a nadar

Fueron unos días terribles, de mucho dolor, pero siempre con la fe de que ella iba a salir adelante y así fue. Después de su recuperación ella pidió volver a nadar como si nada le hubiese pasado, fue algo hermoso volver a verla nadar.

Entró al equipo de competición del Club Universitario y hasta el día de hoy sigue nadando y ganando medallas en cada competencia que asiste.

 

 

 

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí