La Casa que dejó huellas de un mártir, Enrique Angelelli

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Portada Instituto Santo Domingo, Villa de Soto, Córdoba.

Madre Ana María Quintana, Hermana dominica de San José, guarda historias llenas de detalles por su memoria impecable, relatos que junto a la madre Cecilia López, vivieron muy de cerca a Monseñor Enrique Angelelli mientras ejerció su ministerio como Obispo diocesano de La Rioja ( 1968-1976). Casi diez años en los que de paso de Córdoba a La Rioja, paraba una o dos veces al mes para descansar en la Casa de las Hermanas Dominicas de Villa de Soto.

Se sentía como en casa

“El padre Angelelli era Capellán de la Casa Madre, daba clase en el Colegio San José. Para ir a La Rioja pasaba por nuestra casa en Soto, y se quedaba algunas veces a dormir a la noche, dormía en la piecita donde ahora tenemos el televisor. Él se levantaba, y si llegaba y veía que no había nadie en el comedor, con confianza abría la heladera, sacaba y comía algo”.

Ventana que da al patio de la Casa, donde descansaba monseñor Angelelli.

El jarro que le recordaba a su madre

“En el desayuno nosotros le queríamos servir en una taza y él decía “No, yo no quiero una taza, quiero un jarro como me daba “la Celina”, – recordando a su madre-, así que monseñor Angelelli se buscaba un jarro y tomaba el mate cocido”.

Este relato tan cotidiano nos muestra el rasgo de amor maternal de Enrique Angelelli por su madre Celina Carletti. Un jarro con mate cocido le recordaba la presencia de su madre, posiblemente mujer que dejó huellas de fe en Enrique, pastor mártir.

Gran sentido del humor

“Un día en la portería, a la siesta se sentía que alguien hablaba, estaba la Hna. Cecilia Palacios y fue a mirar, porque en la puerta de Soto, tenemos una puerta chiquita, como la que está en la Casa Madre, ahí dejábamos la llave colgada por si venía alguna hermana para poder entrar. Pero ese día se dejó la llave puesta en la puerta porque no se esperaba a ninguna hermana, entonces cuando se va la madre Cecilia ve que debajo de la puerta había un diario y trataban de dejar caer la llave para poder abrir, entonces Hna. Cecilia pregunta “¿Quién es usted?”, y Angelelli levantando la cabeza respondió “es una manera de robar…” hacía siempre chistes”.

No tenía miedo

“A veces entraba por el lado del portón a la hora que llegaba, le decíamos “no entre padre por ahí porque el perro es malo”, y él agarraba un fósforo lo encendía y como el perro sentía olor a pólvora no le hacía nada y podía pasar”.

La Casa del mártir

Las hermanas dominicas sienten un gran honor de haber sido las caseras, anfitrionas en ofrecer casa, comida y reposo a un gran hombre, testigo del Evangelio; que con gran afecto y buen sentido del humor madre Ana María lo expresa “Si hubiera sabido que lo consagraban santo hubiéramos guardado la cama donde durmió, el jarro donde tomó el desayuno…”

De esto se trata la santidad, de dar la vida con sencillez sin esperar nada a cambio, de entregarla hasta el extremo, de sembrar el bien sin saber su trascendencia, y que el “honor” de ser Santo, sea una posibilidad y un regalo de esperanza para la humanidad.

Pieza donde descansaba Angelelli en Villa de Soto

Galería de fotos acción pastoral de Mons. Enrique Angelelli.

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El 26 de diciembre de 1960 Monseñor Enrique Angelelli es nombrado obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Córdoba siendo Obispo diocesano Ramón José Castellano. Fue consagrado el 12 de Marzo de 1961, como Obispo titular de listra y auxiliar de S.E Arzobispo de Córdoba por bula pontificia del 12 de diciembre de 1960. Como consagrante monseñor Dr. Ramón Castellano Arzobispo de Córdoba y como con consagrantes monseñor Juan Carlos Aramburu Arzobispo de Tucumán y Monseñor Emilio Di Pasquo obispo de San Luis.

Fue nombrado Obispo diocesano de La Rioja el 11 de Julio de 1968. Asumió el 24 de Agosto de Agosto de ese año. Murió el 4 de Agosto de 1976.

Capellán de las Hermanas Dominicas de San José y docente catequista del Colegio San José, (Mariano Moreno 108) del Centro de Córdoba, Argentina.

Será beatificado el 27 de Abril de 2019 en La Rioja junto a los mártires venerables siervos de Dios Enrique Ángel Angelelli Carletti, obispo de La Rioja, Gabriel Longueville, sacerdote diocesano, Carlos de Dios Murias, sacerdote profeso en la Orden de los Frailes Menores Conventuales y Wenceslao Pedernera, padre de familia.

*Madre Cecilia López ex Priora General de las Hermanas Dominicas de San José.  Actualmente vive en Villa de Soto, Comunidad e Instituto Santo Domingo. VIDEO DE MADRE CECILIA EN REDES SOCIALES EN ESTE LINK 

Por Rosana Triunfetti Comunicación P. Reginado Toro, Dominicas de San José. Producción Hermana Soledad de Jesús.