Acciones que no contaminan la «Casa Común»

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Por Dra. Fabiola Bastos

Cuidadores de la Vida y de la Casa Común.

El pasado 1 de septiembre de 2019 se celebró la 5ta Jornada Mundial de Oración por el cuidado de la creación, como se viene haciendo desde que fuera instituida por el Papa Francisco en el año 2015.

Este año, el Papa nos invita a sumarnos a un espacio de oración en unión con cristianos de todo el mundo conocido como “Tiempo de la creación” al que se refiere como “un período de oración  y acción más intensas en beneficio de la casa común”que durará del 1 de septiembreal 4 de octubre, día de San Francisco de Asís.

En su mensaje para esta 5ta. Jornada Mundial de Oración, Francisco comienza diciendo: “Dios vio que era bueno” (Gn 1,25). La mirada de Dios, al comienzo de la Biblia, se fija suavemente en la creación. Desde la tierra para habitar hasta las aguas que alimentan la vida, desde los árboles que dan fruto hasta los animales que pueblan la casa común, todo es hermoso a los ojos de Dios, quien ofrece al hombre la creación como un precioso regalo para custodiar”.

Más adelante, expresa: “Egoísmos e intereses han hecho de la creación —lugar de encuentro e intercambio—, un teatro de rivalidad y enfrentamientos.  Así, el mismo ambiente ha sido puesto en peligro, algo bueno a los ojos de Dios se ha convertido en algo explotable en manos humanas”. “…Sintámonos también en profunda armonía con los hombres y mujeres de buena voluntad, llamados juntos a promover, en el contexto de la crisis ecológica que afecta a todos, la protección de la red de la vida de la que formamos parte.”

Alumnos del Instituto Santo Domingo, Villa de Soto (Córdoba).

Pérdidas irreparables

Está claro que la mayor responsabilidad frente a la grave crisis ecológica que vivimos como humanidad la tienen los más poderosos en términos económicos y políticos: un sistema fundado en el consumo y el descarte implementado durante décadas ha dañado profundamente nuestra “casa común”, muchas veces causando pérdidas irreparables en especies naturales y hasta ecosistemas enteros.

Sin embargo, y más allá de quiénes son los verdaderos responsables de esta verdadera crisis, padres y maestros podemos ayudar, y mucho, porque la función elemental que da sentido y andamiaje a nuestra tarea educativa es la defensa de la vida.

Custodios de la creación

El ser humano se encuentra inserto en un sistema vital que le ha sido confiado por Dios. “…Fuimos pensados y deseados en el centro de una red de vida compuesta por millones de especies unidas amorosamente por nuestro Creador. Es la hora de redescubrir nuestra vocación como hijos de Dios, hermanos entre nosotros, custodios de la creación”. (P. Francisco).

¿Cómo podemos sumarnos, concretamente, a este pedido especial y urgente de nuestro Papa Francisco?

Es fundamental presentar a nuestros niños y jóvenes un nuevo “estilo de vida” que priorice lo que es elemental para su crecimiento humano y espiritual: el afecto sincero, el tiempo compartido al aire libre, la escucha atenta y amorosa, el acompañamiento y contención frente a las distintas situaciones de su vida; son acciones que “no contaminan” y a la vez fortalecen a los chicos para desarrollar una personalidad resistente a la propuesta consumista que los incita a “tener” y le resta importancia a lo que verdaderamente los sostiene y hace crecer.

También es bueno recordar que nuestros actos siempre generan un impacto mayor que las palabras en los chicos. De ahí la importancia de estar atentos a nuestras propias conductas: hábitos de consumo,  reciclaje, ahorro de agua y energía, etc.

En definitiva, presentar desde nuestra cotidianidad una forma de ser y estar en el mundo respetuoso de la vida y de la creación que nos haga desarrollar una conciencia agradecida y protectora de todo aquello que fue pensado por Dios para nuestro bien y el de toda la humanidad.

Enlace al texto completo del Papa Francisco: https://www.revistaecclesia.com/mensaje-del-papa-para-la-jornada-mundial-de-oracion-por-el-cuidado-de-la-creacion/