ESI – Preguntas y respuestas

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Entendemos la ESI una acción orientada a la educación de los niños y adolescentes, que teniendo en cuenta la pluralidad de dimensiones constitutivas de la persona, su integridad física como espiritual, los prepara para manejar adecuadamente sus afectos, a la vez que les informa científicamente sobre cuestiones relacionadas a su sexualidad.

Educación que busca «educar en el amor» teniendo en cuenta su dimensión trascendente, su ser persona amada por Dios, que puede orientar su vida para el amor.

“Constituye un proceso intencional, constante y transversal, que instituye un espacio sistemático de enseñanza y aprendizaje que comprende contenidos de distintas áreas curriculares, adecuados a las edades de niños, niñas y jóvenes, tendiente a que las/os estudiantes integren saludablemente su dimensión sexual al accionar cotidiano”. (Bianco, M. y Re, M. I., 2007) 

Primero nos encontramos con una exigencia legal que data del año 2006. Sin embargo, al observar la realidad de nuestros chicos  encontramos innumerables carencias y necesidades relacionadas a la afectividad y a la toma de decisiones responsables con relación a su sexualidad.

Creemos que urge una nueva ética del cuidado  que fortalezca a nuestros chicos en el conocimiento de sí mismos, en lograr vivir más en sintonía con las propias emociones y sentimientos, buscando relaciones afectivas abiertas al amor y la reciprocidad, cultivando la responsabilidad y el respeto por el otro.

El Programa consiste en el desarrollo transversal de acciones educativas desde nivel inicial, pasando por primaria, secundaria y nivel terciario, orientadas a la formación armónica, equilibrada y permanente de las personas. Se busca que los estudiantes obtengan conocimientos científicos y actitudinales sobre su sexualidad a fin de dotarlos de las herramientas necesarias para la toma de decisiones responsables, la prevención de problemas de salud y la igualdad de trato entre varones y mujeres.

Existe un proyecto de reforma a la actual ley 26150/06 del Programa Nacional de Educación Sexual Integral que obtuvo dictamen de mayoría en la Cámara de Diputados el año pasado y que, de alguna manera, volvió a poner la ESI en la agenda. Se pretende, con este proyecto eliminar el art. 5 actual que incluye el respeto a los idearios institucionales, entre otras modificaciones. Si este proyecto se convierte en ley, las atribuciones del estado quedarían ampliadas a dimensiones inaceptables dado que implicarían una injerencia estatal arbitraria sobre cuestiones que corresponden al ámbito de las decisiones de los padres al elegir la educación que desean para sus hijos.

Los temas (diseño y propuesta curricular) se encuentran especificados en resoluciones del Consejo Federal de Educación (45/2008 y 340/18) y de la provincia de Córdoba; y se ordenan según los diferentes niveles educativos. En general, se habla del cuerpo, emociones y sentimientos, familia, identidad, procesos de crecimiento embarazo, salud sexual, valores, autocuidado, intimidad, vulneración de derechos, gestación y nacimiento, la pareja y el amor, etc.

Todo lo relacionado a noviazgo, relaciones de pareja, enfermedades y violencia hacia la mujer es lo que más genera debate entre los adolescentes. Con los niños, sus intereses difieren bastante en función de la edad.

Cada comunidad educativa tiene un modo particular de responder al desafío de la ESI. Las reacciones de los docentes son dispares: en su mayoría reconocen que es fundamental la capacitación, pero además, al tratarse de temas de contenido ético tan sensible, las propias experiencias personales de los docentes suelen interferir generando sentimientos de inseguridad o duda ante los posibles cuestionamientos que puedan venir no solo de los estudiantes, sino también de los padres. Esto también puede trabajarse en instancias de capacitación; el conocimiento libera y fortalece.

Los padres son los primeros y principales responsables de la educación afectiva sexual de sus hijos. Este es un principio innegociable avalado por la legislación nacional e internacional, lo cual implica que la participación de los padres es indiscutible y la labor de la escuela es subsidiaria a ese derecho.

La articulación con la familia constituye una necesidad y un desafío para la escuela.

Es conveniente poner en marcha procesos creativos de inserción de la familia, para que desde una mirada orientada hacia la felicidad de nuestros niños y jóvenes trabajemos juntos para evitar incoherencias y mensajes contradictorios. Por ejemplo, a través de la participación en instancias de formación, propuesta de lecturas, talleres, cine debate, asesoría, etc.

Compartir el Proyecto Institucional de Educación Sexual Integral con los padres y ofrecer un espacio para debatirlo y escuchar sugerencias.

Existe un Proyecto de Educación Afectiva Sexual “El lugar del encuentro” desarrollado por el Pontificio Consejo para la Familia. Disponible en la web y con mucho material para desarrollar con adolescentes.
En el sitio web de los ministerios de educación nacional y provincial también podemos encontrar material, que luego de una selección orientada a las particularidades de la comunidad educativa, también pueden ser de utilidad.