19.03.20 Las Varillas, Córdoba. Comunicación @PadreReginaldo
El poncho reliquia del Santo Cura Brochero llegó a las Varillas de manos de su párroco Daniel Cavallo, para ser parte de una ceremonia de recepción el 16 de marzo, aniversario 180 del natalicio de San José Gabriel Brochero (1840-2020).
Pero por las disposiciones nacionales ya conocidas para prevenir entre todos la pandemia del coronavirus, la celebración fue suspendida por lo que el padre Daniel generosamente decidió dejar la reliquia en la Capilla de la Comunidad de María Inmaculada, hasta hoy 19 de marzo Solemnidad de San José.
Ahí el poncho también aislado de la multitud, recibió la oración que le ofrecieron las Hermanas Dominicas de San José, quienes rezaron por la «Humanidad Doliente», dejando una imagen querida de su Fundador el padre Reginaldo Toro, quienes se vincularon en el servicio pastoral, Toro como Obispo de Córdoba y Brochero siendo párroco.
“Las hermanas aprovechamos para pedir su intercesión por nuestra Patria y por todo el mundo ante el flagelo de la enfermedad. También colocamos una imagen del Padre Reginaldo sobre el poncho pidiéndole a Brochero por su pronta glorificación, confiando en la firme intercesión de Brochero ya que creemos que Dios nada podría negarle a este Buen Cura que vivió fiel a la Iglesia y a su Obispo.”
Y así queda expresado en la foto de la hermana María Elba Meza, Dominica de San José quien sostiene el poncho con la imagen de su padre fundador.
El poncho reliquia, una misión
La idea de convertir el poncho reliquia de San José Gabriel del Rosario Brochero como un signo de bendición, comenzó antes de ser declarado santo, en el marco de la preparación a su beatificación (agosto a septiembre de 2016). Se puso el primer poncho sobre la tumba de Brochero y ese fue el comienzo de una gran misión que hoy se extiende de norte a sur de Argentina.
Luego de ese primer gesto en el Santuario del Cura Brochero en Traslasierra en 2016, se le pedía a cada familia que llevara un poncho y lo pusiera sobre la tumba del santo como una invitación a ser misioneros. Así las personas devotas del Santo argentino se iban enterando y pidiendo para llevar a Jesús desde el abrigo reliquia de Brochero. A los sacerdotes que llegaban al Santuario de otras localidades se les regalaba un poncho como signo de hermandad.