Fray Reginaldo Toro, un fraile dominico que dejó una herencia

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FRAY REGINALDO TORO OP. Fundador de las Hermanas Dominicas de San José.

El Obispo de Córdoba Reginaldo Toro es ante todo un fraile dominico.

Como tal, sigue la espiritualidad de Santo Domingo de Guzmán, español que hacia el año 1200 vive particularmente la contemplación y el anuncio a los hermanos. De ahí el nombre de Orden de Predicadores, ya que en esos tiempos la tarea de anunciar el Evangelio estaba destinada exclusivamente a los Obispos. Domingo, frente a la cruda herejía albigense, siente un amor vivo que le urge a comunicar a los demás aquella Verdad y Vida divina que ha descubierto en el silencio de la oración. Domingo comprende que debe hacerlo a través de una pobreza radical, tal como la vivió Jesús con sus Apóstoles. En él se destacan: La COMPASIÓN y la MISERICORDIA por el pobre y el pecador.

Estas son las raíces que animan la vocación y futura fundación  del Padre Reginaldo Toro. Pero para esto ya han pasado muchos años y nuestro Padre no llega solo…

Los Santos aparecen muchas veces en la Historia de la Iglesia como “en racimo”, hermanos y hermanas que se conocieron, se ayudaron a vivir la fe y trabajaron juntos por el Reino de Dios. Hay épocas en donde eso se deja ver con más claridad que en otros momentos.

Como por ejemplo el tiempo de la Madre Tránsito Cabanillas, en que en la Provincia de Córdoba se destacaron: el Beato Cura Brochero, Fray Mamerto Esquiú (franciscano), la Madre Catalina (Esclava del Corazón de Jesús), Fray León Torres (Mercedario), Sor Leonor Ocampo (monja dominica en vías de canonización) y Nuestro Padre Fray Reginaldo Toro (fraile Dominico). Algunos ya en camino de Canonización.

Todos ellos asumieron el desafío de evangelizar nuestra tierra con carismas diversos, según lo que el Espíritu de Dios inspiró en cada uno. Vivieron su infancia y juventud en una época en la que la Argentina se alejaba lentamente de las largas luchas internas entre unitarios y federales.

A partir de 1853 (por indicar una fecha significativa, la de la Constitución Nacional) Argentina emprende lentamente un camino de progresivo orden, unidad y desarrollo.

En este período, se inician nuevos caminos de paz y progreso material, signados por el proyecto político-social de la llamada “generación del 80″. Hay un clima nacional llevado adelante por una serie de políticos que buscan una Argentina grande, moderna, con un importante interés por el desarrollo económico, la educación y las comunicaciones; pero en donde también hay conos de sombras: el fraude electoral, el elitismo europeo que pretende dejar de lado los valores de lo criollo y de lo autóctono. Nos hallamos frente a una generación de grandes dirigentes influenciados por la Masonería, y por ello, abiertamente anticlericales, que buscaban -entre otras cosas- borrar en la sociedad toda huella religiosa y neutralizar la influencia de la Iglesia en la vida de los argentinos.

En medio de este ambiente dominante, surge en el seno de nuestra Iglesia en Argentina, una generación de hombres y mujeres que realizarán una verdadera lectura de “los signos de los tiempos” y asumirán el desafío de evangelizar la cultura, dejando de lado el horizonte inmanentista del liberalismo.

Como Obispo, Fray Reginaldo Toro alienta y aprueba fundaciones religiosas de su tiempo, inicia la construcción del actual Seminario Mayor de Córdoba, y en el año 1886, funda a las Hermanas Dominicas de San José.

Ellas tendrán por carisma «Abrazar a la humanidad doliente», al Cristo que sufre en el rostro de cada hermano. Para ello, funda varios colegios, con la clara preocupación por la educación católica, frente a la ley 1420 que promulgaba la enseñanza laica. También, por las trágicas consecuencias de la epidemia del cólera en 1867, que provocó la muerte de más de 2000 personas, funda diversos Hogares para niñas abandonadas o con graves dificultades familiares.

Ayudado muy especialmente por el matrimonio Poulson, realiza diferentes fundaciones en Córdoba: la Casa Madre, el Hogar del Milagro, el Noviciado, en Santa Rosa de Río Primero, las Varillas, Soto; en Corrientes Capital inicia un Hogar y en Empedrado un Colegio; finalmente en la Rioja, el tercer Hogar de niñas.

Nuestra Argentina querida y sufrida, fue regada por el trabajo y el amor de Nuestro Padre y tantos hermanos nuestros que compartieron la misma época, los mismos problemas y la misma pasión: el anuncio del Evangelio.

Cómo no darle gracias a Dios por este regalo! Que es don y tarea, herencia, y responsabilidad hacia el futuro.