17 de Octubre de 2019. Comunicación @PadreReginaldoToro, Hnas. Dominicas de San José.
En el marco de la celebración del Centenario del Instituto Santo Domingo, Obra de las Hermanas Dominicas de San José en Villa de Soto, el Obispo de Cruz del Eje, monseñor Hugo Ricardo Araya en su homilía destacó el perfil misionero del Padre Reginaldo Toro, Obispo de Córdoba y Fundador de esta congregación; quien se dispuso a predicar lo contemplado, con la escuela católica como respuesta a las necesidades de tu tiempo.
Texto completo «100 Años del Instituto Santo Domingo» (11.10.19).
El evangelio nos dice que el leproso que vuelve a dar gracias a Jesús no solo es sanado sino salvado. La acción de gracias nos salva.
Luego rezaremos juntos en esta Misa y diremos que «es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar Señor Padre Santo»
Los leprosos gritaban a Jesús pidiendo los librara de la enfermedad y un samaritano vuelve dando gracias a los gritos, en voz alta.
Nosotros queremos dar gracias en voz alta por la presencia y la entrega de las Hermanas Dominicas de San José, ahora que celebramos los 100 años del Instituto Santo Domingo de Soto.
Quiero sumarme a los Obispos anteriores que supieron agradecer la tarea del Instituto en favor de Villa de Soto y de una extensa zona.
No solo porque el Instituto ofrece espacios de catequesis y de oración; sino porque en cada una de las aulas se ayuda a unir, a sintetizar fe y ciencia. Se ayuda a los estudiantes a volar con las dos alas: la ciencia y la fe; como enseñaba el Santo Juan Pablo II. Una ayuda a la otra, la ciencia a la fe y la fe a la ciencia.
Damos gracias por el legado del Obispo de Córdoba Reginaldo Toro. En la línea de Santo Domingo este obispo experimentó dolor ante el sufrimiento y el mal que se derivan de la falta de educación. Y se dispuso a predicar lo contemplado. La escuela católica como respuesta a las necesidades de los que sufren.
Fue este Obispo misionero en los lugares más pequeños y alejados de su Diócesis. En la tercera de sus visitas pastorales viene a nuestra Cruz del Eje, y sigue por Soto hasta llegar a la actual Villa Cura Brochero y allí predica tres tandas de ejercicios espirituales.
Con el Santo Cura Brochero se conocen, son contemporáneos. Damos gracias a Dios por la Córdoba de la segunda mitad del siglo XIX y por aquellos hombres y mujeres que supieron responder a los desafíos de su tiempo.
Damos gracias por el Instituto de las Hermanas Dominicas llamadas a ‘abrazar la humanidad doliente», y por eso fundar escuelas.
La escuela no como un espacio cerrado, sino con capacidad de confrontar y de preparar la inteligencia y el corazón, para saber, sentir y el decidir bien en la vida. Aprendiendo a orar y a tener experiencia de fe capaz de permanecer en el tiempo y las circunstancias concretas de la vida.
Que Dios bendiga a los estudiantes y a toda la comunidad educativa. Que sigan formando jóvenes, incluyendo siempre a los pobres.
Monseñor Hugo Ricardo Araya, Obispo de la diócesis de Cruz del Eje, Córdoba.