Queridos hermanos y amigos de la Familia Dominicana:Muchos son los motivos en este fin de año para dar gracias a Dios. Es verdad que no faltan dificultades e incertidumbres, también en nuestras familias y comunidades, pero “el amor del Señor no se ha acabado ni se ha agotado su ternura, cada mañana se renuevan, ¡grande es su lealtad!” (Lam 3, 21-22).

Para nosotros los frailes el principal motivo de acción de gracias es haber podido contribuir, aun con nuestras limitaciones y debilidades, a la predicación del Evangelio en los diversos lugares en los que somos enviados. Esta es nuestra vocación y el sentido de nuestra vida y por eso damos gracias a Dios.

Nuestro agradecimiento se extiende a todos los que de diversas maneras están asociados a nuestra predicación y que son una manifestación concreta de la Providencia del Señor con nosotros: hermanas y hermanos de la Familia Dominicana, integrantes de asociaciones y grupos apostólicos con quienes compartimos la misión, familiares y amigos. Sin ustedes no sería posible nuestra predicación. ¡Muchas gracias!

Quiero expresar un agradecimiento especial a quienes nos apoyan económicamente. Su contribución es particularmente importante para afrontar los gastos que exigen la formación de los hermanos más jóvenes y los estudios complementarios necesarios para nuestra misión. Seguimos contando con la oración y la generosidad de ustedes para recibir y formar a los nuevos hermanos que el Señor nos envía cada año, tanto en Argentina como en Chile.

Decía el Papa Francisco en su carta Gaudete et exsultate que la palabra «feliz» o «bienaventurado» es sinónimo de «santo», porque expresa que la persona que es fiel a Dios y vive su Palabra alcanza, en la entrega de sí, la verdadera dicha (n. 64). Mi deseo en estas fiestas, en nombre de los frailes de Argentina y Chile, es que podamos acoger y anunciar este mensaje de felicidad del Hijo de Dios hecho carne que nos llama a todos a compartir su vida.

¡Muy feliz Navidad!

Javier María Pose OP