La calle Fray Reginado Toro deja historias de encuentro con Brochero

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Informa: Fernanda Martinelli OP. Red Comunicadores padre Reginaldo Toro

El 21 de agosto de 2016 la Comunidad Religiosa y Colegio del Santísimo Rosario en Santa Rosa de Río Primero (Córdoba), recibió de parte del Concejo Legislativo Municipal la resolución sobre el nombramiento de una calle de este pueblo con el nombre Fray Reginaldo Toro, ex calle “Buenos Aires” ubicada en un de los laterales del Colegio de las Hermanas Dominicas de San José.

El pedido fue una iniciativa de las Hermanas Dominicas de San José, hijas de Fray Reginaldo Toro, en el marco del 120º Aniversario de tarea ininterrumpida en la educación, la formación y la evangelizadora en la Villa; en una fecha cercana a la canonización del Cura Brochero (24 de febrero de 2016).

Monseñor Reginaldo Toro quien quiso de manera especial esta tierra cordobesa cuna del Santo Cura Brochero, fue fundador de la Congregación de las Hermanas Dominicas de San José y del Colegio Del Santísimo Rosario, y también un gran benefactor de esta localidad. Monseñor Toro (24º Obispo de Córdoba) dona el terreno de la Curia Arzobispal para la construcción del edificio municipal, así lo dejó expresado el petitorio al Concejo Legislativo Municipal.

Él mismo junto a las Hermanas radicadas aquí, a los lugareños y a las niñas internas levantó el edificio del colegio arremangándose la vestidura de Obispo para colaborar en esta obra necesaria para la zona. En ese entonces Monseñor Toro acompañó la formación del padre José Gabriel del Rosario Brochero y fueron compañeros en los Ejercicios Espirituales. El mismo Brochero fue amigo personal de su Obispo y en muchas oportunidades lo acompañó en sus viajes y visitas a la Villa, y será quien comunica a la Curia Arzobispal  que  Monseñor Toro había sufrido una hemiplejía estando en este lugar (1904).

La educación, una inversión para la vida

En el año 1888 Monseñor Toro recibió las Bulas Pontificias por las que su Santidad León XIII le creaba y constituía Obispo y Pastor de la diócesis de Córdoba.

Monseñor Toro tenía la capacidad y el carácter para asumir su apostolado en ese momento histórico. Logró aplacar los ánimos, muchas relaciones de amistad se reanudaron y se vinculó de muy buena manera con los poderes públicos y con altos personajes de la vida social y política, de quienes fue objeto de aprecio y estimación.

En la época en que fue consagrado Obispo de Córdoba, varias congregaciones de mujeres se levantaban para ayudar y dar vida social, espiritual y moral a un pueblo cristiano y creyente. Una de esas congregaciones fue la de las Hermanas Dominicas de San José nacidas por la inquietud de esta santo varón. En el acta de su fundación, el 9 de octubre de 1886, figura Fray Reginaldo Toro como Director de esta nueva Congregación. Bajo la advocación de San José, procurarían con el auxilio de Dios, trabajar para el alivio de la humanidad doliente.

Liliana de Denaro en su libro “La obra asistencial de las hermanas Dominicas de San José” relata que  la escuela tal como hoy la conocemos era apenas conocida en las villas existentes, era una instrucción limitada para un limitado grupo de niños pertenecientes a familias acomodadas, quedando el resto de la población sumida en la ignorancia.

Por ese motivo se reúnen en Villa Santa Rosa un grupo de vecinos importantes  y constituyen una comisión para promover la radicación de una Congregación  educativa que estuviera dispuesta a establecer un internado para alojar a las que no vivieran en la villa. Dicha comisión que estaba presidida por el Sr. Luis R. García envía una nota con fecha de 30/08/1892 al Cura Párroco, Pbro. Moisés Quinteros para que intercediera ante el Prelado Diocesano para que cediera en préstamo la casa de Ejercicios para fundar un colegio.

El Obispo Toro sugiere convocar a la Congregación de las Hermanas Dominicas de San José para establecer un colegio que llenara las exigencias de la población departamental.

En el año 1894, el Sr Dn. Luis García, vecino de Villa Santa Rosa, quien había sido Jefe Político de este Departamento, y gozaba de una alta posición social, civil y de fortuna, hombre cristiano y religioso, ofreció al Sr Obispo Toro, un manzano de terreno en esta Villa, para un colegio de niñas; a lo que el Sr. Toro en respuesta de tan generosa oferta, se trasladó hasta aquí, vio, le gustó y aceptó la donación. Se da la escritura ese mismo año y en el mes de junio se coloca la piedra fundamental y comienza la construcción  del colegio que llevaría EL de “DEL SANTÍSIMO ROSARIO”.

El 16 de febrero del año 1895 se inaugura el colegio de las Hermanas Dominicas quien desde aquellos tiempos hasta la actualidad se preocupó por brindar una esmerada instrucción y por recibir a todos quienes confían en él.

En el año 1902, el edificio aún estaba sin terminar y la Congregación carecía de recursos para  continuar las obras, es por eso que el Padre Brochero apoyó la terminación del Colegio suscribiendo junto a otros vecinos, un petitorio dirigido a las autoridades de la provincia.

Durante los 16 años de su obispado, a todas las Congregaciones e institutos religiosos el Sr. Toro prestó su decidida y pronta protección. Después de celebrado el aniversario de la Coronación de la imagen de la Virgen del Rosario del Milagro que había sido autorizada por el Papa León XIII, el Sr. Toro vino a Villa Santa Rosa para visitar el establecimiento y a las Hermanas y además inspeccionar el estado y las necesidades que hubiera, para proveer en todo lo que estuviera a su alcance. Mientras se ocupaba de estas cuestiones le dio el ataque de apoplejía. Fue llevado a la ciudad de Córdoba donde fallece tres años después, un 21 de agosto de 1904″.