Biografía de Fray Reginaldo Toro

0
2698

Ángel José Toro nació el 31 de julio de 1839 en la ciudad de San Miguel de Tucumán y fue bautizado al poco tiempo en la iglesia matriz de su ciudad natal.

La vocación religiosa de Toro se perfiló desde muy temprano, ya en su adolescencia. Desde 1851 hasta 1855, estudió en el Convento de Santo Domingo en Tucumán. Luego, hasta 1858, estudió filosofía en el Convento Franciscano. Ese mismo año, decidió ingresar a los Dominicos, por lo que partió hacia Córdoba, ciudad en la que se radicó y donde desarrolló una extensa labor pastoral hasta su muerte. El 1 enero de 1859 se consagró a Dios en esa orden religiosa y tomó el nombre de Fray Reginaldo de Santo Domingo de Orleans.

Cursó 4 años Teología en el Convento de Predicadores de Córdoba y el 20 de setiembre de 1862 recibió la orden del Presbiterado en la iglesia del Monasterio de las Carmelitas de Santa Teresa de Jesús.

A los pocos días, el 29 de septiembre, ofició su primera misa tras asistir a la consagración del templo de Santo Domingo en Córdoba. En 1863, Reginaldo fue nombrado Maestro de Novicios. Tenía 24 años y una importante responsabilidad: custodiar la formación intelectual, moral, humana y religiosa de los jóvenes ingresantes a la Orden.

En 1877, fray Reginaldo fue electo Prior provincial en la Provincia de San Agustín de Bs. As., Córdoba, Tucumán y Cuyo. En esa época, realizó numerosos viajes en ejercicio de su ministerio. Uno de los destacados ocurrió en 1885, cuando participó del capítulo General celebrado en Lovaina (Bélgica), integrando la comisión encargada de las reformas de la Constitución. Luego visitó Francia, Italia, España.

En  agosto  de 1886 fundó la Congregación de las Hermanas Terceras Dominicas. Esta congregación femenina fue puesta bajo el Patrocinio de San José.

Otro hito en su vida es la designación en el obispado de Córdoba. El 19 de agosto de 1888 fue consagrado Obispo de Córdoba y La Rioja, que entonces conformaban una única diócesis. A los pocos días, difundió su primera carta pastoral y comenzó de inmediato su labor con tres ejes fuertes: las misiones, la educación y la formación del clero. En diciembre de 1891 inició su viaje a Roma para realizar la 1° Visita ad Limina Apostolorum de la diócesis. En 1892, gracias a las gestiones de Reginaldo ante el Papa León XIII, por solicitud del pueblo de Córdoba se realizó la coronación pontificia de la imagen de Nuestra Señora del Rosario del Milagro, Patrona Principal de la arquidiócesis cordobesa.

El 25 de octubre de 1900, mientras realizaba una visita pastoral en Santa Rosa de Río Primero, tuvo una hemiplejía. Su salud se fue deteriorando desde entonces, pero eso no impidió que fray Reginaldo siguiera trabajando. Finalmente, el 21 de agosto de 1904 entregó definitivamente su vida a Dios.