Testimonio de Marcela Sayago. Voluntaria del Hogar de la Virgen del Milagro (Hermanas Dominicas de San José- Córdoba Capital).
«Este es mi segundo año que estoy como voluntaria en el Hogar, llegué en un momento que estaba en la búsqueda de hacer algo por los demás, pero al mismo tiempo que me haga feliz y sentir útil a los demás.
También es un momento en que uno empieza a darse cuenta que en cierta forma los hijos en la etapa de la adolescencia, no nos necesitan tanto, es cuando uno tiene que empezar a soltar un poquito a los hijos. Llegué al Hogar a través de una sobrina voluntaria, ella es estudiante de Trabajo Social.
Voy al Hogar una vez a la semana, una hora y media aproximadamente, en un horario fijado con hermana Rosana, que respetamos para no superponernos con otros voluntarios. Mi tarea es ayudar en las tareas escolares, en este momento tengo dos nenas de 13 años, veo su actividad y lo que necesiten hacer del colegio.
Pero también compartimos, charlamos de algún tema específico, les cuento como es mi vida, trato de estar en armonía con ellas, porque en la medida que se sientan cómodas se verán los resultados.
No te vayas…
Lo que yo podría trasmitir a otra persona que quiere ser voluntaria, es que cada vez que finalizan los encuentros uno se va llena de gratificaciones, a pesar de que son poquitas horas que uno comparte con ellas; ves los logros en lo escolar y al mismo tiempo salís llena del cariño que te demuestran en cada momento. Cuando se aproxima la hora de irnos te dicen “no quiero que te vayas”. También están las actividades extra como festejos, cumpleaños.
Es un compromiso que uno asume con amor, ese es un impulso; creo que hay mucho por hacer. Las hermanas les brindan todo, son su familia, pero los voluntarios también podemos trasmitir valores, compañía, amor para apoyar esa tarea».
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